Foto: Paris Match

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El pasado 15 de octubre salió en la revista francesa Paris Match la entrevista de la vaticanista Caroline Pigozzi a Papa Francisco. Una larga conversación sobre muchos temas, entre otros pobreza, dignidad humana, capitalismo, y medio ambiente.

El tema del medio ambiente, los problemas climáticos y su mensaje para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de París del próximo diciembre siempre toman espacio en la agenda del Papa que expresa su deseo de que el vértice pueda contribuir a decisiones concretas, compartidas y que amplíen la mirada, para el bien común. Francisco recuerda que el actual sistema mundial es insostenible “nuestra casa común está contaminada, se está deteriorando, es necesario el compromiso de todos. Debemos proteger al hombre de la autodestrucción”. Por eso afirma que “son necesarias nuevas modalidades de desarrollo para que puedan crecer y vivir con dignidad las muchas mujeres, hombres y niños que hoy sufren hambre, explotación, guerras, falta de trabajo. Son necesarias nuevas modalidades compartidas para poner fin a la explotación indiscriminada de nuestro planeta”. A la pregunta de ¿cómo hacerlo? de la periodista. El Papa responde: “la humanidad debe renunciar a idolatrar el dinero y devolver al centro a la persona humana, su dignidad, el bien común, el futuro de las generaciones que poblarán la tierra después de nosotros, trabajando concretamente en las causas estructurales de la pobreza. Comprometiéndonos para construir modelos de desarrollo económico que coloquen al centro a la persona humana y no el dinero”.

Por otro lado a una pregunta más especifica el Papa destaca que “el capitalismo y el provecho no son diabólicos si no se les convierte en ídolos. No lo son si se mantienen como instrumentos. Si en cambio, domina la ambición desencadenada del dinero, si el bien común y la dignidad de los seres humanos pasan a un segundo o tercer plano, si el dinero y el provecho y el provecho a todo costo se convierten en fetiches de adoración, si la codicia está en la base de nuestro sistema social y económico, entonces así nuestras sociedades corren hacia la ruina. Los hombres y la creación entera no deben estar al servicio del dinero: ¡las consecuencias de lo que puede suceder están ante los ojos de todos!”.

Sobre la situación internacional, el Pontífice invita a preguntarse por qué tanta gente huye, cuáles son las causas de tantas guerras y de tanta violencia. “No olvidemos quién fomenta el odio y la violencia, y también quien especula con las guerras, como los traficantes de armas. Y no olvidemos tampoco la hipocresía de esos poderosos de la tierra que hablan de paz pero después, bajo cuerda, venden armas”, advierte el Papa.

A propósito de los refugiados, el Pontífice explica que “se puede tratar de resolver este drama mirando solamente a lo lejos. Actuando para favorecer la paz. Trabajando concretamente para resolver las causas estructurales de la pobreza. Comprometiéndose para construir modelos de desarrollo económico que tengan en el centro al hombre y no al dinero. Trabajando para que la dignidad de cada hombre, de cada mujer, de cada niño, de cada anciano, sea siempre respetada”.

Redacción EMMP